Friday, February 12, 2010

Fernando, un tarado espacial - Parte 2 de X

(Parte 1)
Larga esta parte 2 pero vale la pena, me llevó 3 días escribirla.

No intento hacerme el tipo bueno o algo por el estilo, pero noté que durante la primaria tuve cierta tendencia a hacerme muy amigo de la gente que no era completamente "normal". Me refiero a los que por ahí no se comportaban como todos, los que menos se relacionaban con los demás, los que los demás no comprendían en su totalidad.
La tendencia que sí no me puedo sacar de encima, que hasta el día de hoy me pisa los talones es la de que esa gente de la que me hago amiga por alguna razón u otra dejan de estudiar/ir a donde yo voy/desaparecen misteriosamente/WHATEVER THE FUCK la cuestión es que pongámosle que un 80% dejo de verlos. Y así estoy.

Fernando fue una rayita más en mi tabla de "amigos raros que tuve/tengo". Eso sí, una rayita dibujada por un ciego. Con Parkinson.
Describamos a Fernando para una mejor imaginación del lector inexistente. Sé que tengo por ahí guardada una foto de todo el curso, casi seguro que es la única foto que tengo en la que aparece él. No tengo scanner lamentablemente, alguna manera encontraré.
Como sea, siempre fui alto, el más alto del curso (en primaria) pero entró este tipo y me ganó con un par de centímetros, fuck that, no me dejan ser el mejor en nada. Igual seguro ahora soy más alto, ja puto. En fin, sí, Fernando era un pibe alto para la edad que teníamos (11-12 años), tirando para el "con un par de kilos de más" y ya está, no sé qué tanto se puede describir una persona. Era semi-pelirrojo o algo raro, qué sé yo.

Lo que de verdad importa es describir la expresión del chico. ¿Alguna vez les pasó jaja qué carajo, a quién le hablo? ¿Alguna vez les pasó que están mirando la tele y están muy concentrados, tan concentrados en lo que sea que miran que se quedan con los ojos centrados en nada, con la boca semi-abierta, aparentando ser catatónicos? ¿Y cuando se dan cuenta dicen "wow, qué tarado, que hacía con esa cara de idiota"? Bueno, Fernando tenía cara de catatonia televisora las 24 horas del día. Para peor, tenía los 2 dientes de arriba al estilo conejo = aun MÁS cara de tarado. Encima era pálido, mágicamente más palido que yo, y al ser pelirrojo como que le resaltaba más el rojo de la boca y la verdad que esa cara me la imagino ahora y me está dando odio retroactivo.

Bueno, cómo vamos: alto, no muy flaco, semi-pelirrojo mutante, catatonic too-much-television face, dientes de conejo. Apliquen estas pocas características a Tim Robbins. Puto el que no conoce quién es Tim Robbins.

Hola, soy Tim Robbins y últimamente aparezco en cualquier forra película que mira L.

No digo que es 100% exacta la comparación, pero la verdad que lo recuerdo como un Tim Robbins con problemas.

Sigamos.
Desde aquel imposible de olvidar día que entró a la escuela y se unió a mi grupo de trabajo tecnológico avanzado, Fernando se pegó a mi lado. O bien yo también le daba charla, es raro cómo una amistad hace *click* desde un principio y no hace falta ningún esfuerzo para que los puntos en común sean encontrados. En nuestro caso, el máximo punto en común fue la Playstation. Ya saben, la consola de video juegos de 64 bits, por si algún ermitaño está leyendo. En esa época se estaba volviendo bastante popular, aunque yo la tenía desde 1998 oh yes cocksuckers, avanzadísima mi familia.

Ahora bien, la mayoría de las personas utilizan las consolas como forma de pasar el tiempo, un par de horas cuando se aburren, no tienen nada que hacer y quieren pasar un rato divertido. Para Fernando, sin embargo, la Playstation lo era casi todo. Era una OBSESIÓN, era su Alfa y Omega personal, su objeto más preciado. Si tenías que hablar de algo con él podías especular que en 8 de 10 oportunidades iba a ser sobre algún juego.
Horas y horas y horas se la pasaba jugando. No tuvo que pasar mucho tiempo hasta que compartiéramos sesiones de Playstation. Y oh man, qué situaciones... antes de contarlas quiero aclarar algo para el mejor entendimiento.

La obsesión de Fernando con los videojuegos era tal que jugaba cualquier juego hasta el final. Al puro puto 100%. Te sacaba todos los bonus, los coleccionables, los extras, los trucos, LO QUE SEA Y QUISIERAS, este chico agarraba un juego nuevo y lo pasaba, costara lo que costara y llevara las horas que llevara. No importaba. Era su punto fuerte, lo único en lo que era bueno de verdad, donde nadie podía disputarle que tenía habilidad y superioridad. Esto por ahí nos hace entenderlo mejor, aunque en realidad aún no llegué a contar en profundidad el tema de su inestabilidad y discapacidad mental (que nunca voy a saber cuál es)
Ahora sí, pasemos a un par de mini-anécdotas sobre las sesiones de Playstation. Me siento un historiador con esta saga. Feels good, man.

Sobre robots:
Uno de los tantos juegos que teníamos en común era el Armored Core. Construías un mech de combate, lo armabas como vos quisieras (misiles, lasers, armaduras, etc.) y hacías misiones. Bastante cool, lo admito, pero este pendejo me lo arruinó.

a.- Estábamos en clase, hora libre hablando de este juego, cuando a Fernando se le ocurre lo siguiente.
-Che che che y si dibujamos así robots tipo Armored Core (pronúnciese en castellano bien a lo bestia) y los armamos y les ponemos vida y armas y hacemos que combaten y vemos cuál es el mejor y quién gana, a ver quién gana?
(así todo seguido me lo dijo)
-Bueno -siempre de muchas palabras yo.
Hicimos los dibujos en hojas separadas. Terminamos y los comparamos. Mientras yo me había dedicado especialmente a los detalles gráficos de mi robot, a que tuviera un balance entre estilo y poder, Fernando sólo había puesto énfasis en que el suyo ocupara toda la puta hoja y tuviera un armamento de la san puta y qué mierda sé. Juego estúpido y totalmente incoherente ahora que lo pienso (¿qué podía esperarse?)
Fernando agarra mi hoja, mira el dibujo y señala con su dedo de mierda.
-¿Qué es esto?
-Es el pecho del robot, armadura.
-JA JA TU ROBOT TIENE TETAS!

OH MY FUCKING TAPDANCING JESUS FUCK CHRIST

La BRONCA que me dio que este tarado infeliz sólo se fijara en lo que era una pechera al estilo Optimus Prime...

ALGO ASÍ, BOBO. Pero sin vidrios. Puto el que lee.

...al estilo CUALQUIER ROBOT QUE SE IMAGINA UN PELOTUDO DE 12 AÑOS para sólo decir que tenía tetas... la cara de culo nuclear con la que lo miré... en vano fue intentar explicar el diseño, no no no. Según el Sr. Inteligencia con repentina risa de pito, mi robot. Tenía. Tetas. Ugh, sigamos por favor.

b.- Con este mismo juego podías guardar en la Memory Card tu robot y llevarlo a otra consola para hacerlo combatir con el de otra persona.
Una de las tantas veces que fui a su casa, llevé el mío. ¿Recuerdan lo que dije de que este chico jugaba hasta el final y conseguía absolutamente todo? Bueno, el tipo se había terminado y conseguido hasta el último pixel y tenía las mejores armas, misiles, etc., the best of the best.
Obviamente hizo PORONGA a mi robot, ya que yo no había jugado 13302 horas al día. Me lo hizo caca una y otra y otra vez. Aunque una se la gané con mucha estrategia, ahí al menos demostré que con inteligencia se puede ganar aún estando en mucha desventaja.
Pero lo mejor de todo esto era el diseño de su robot. Sólo le importaba tener las mejores partes, entonces su creación era un bloque amorfo deforme lento totalmente disparejo de cosas. Ese pobre robot vivió sin conocer la palabra "simetría".
De nombre le puso INFERNO. Todo en mayúscula, sí. Y para hacerle honor, pintó todas sus partes completamente de rojo fuego sangre mal. Te costaba MIRARLO, era como cuando le subís al máximo el color de tu tele.
-¿No está re groso? -me preguntó.
-Sí, está bueno. Me gusta el rojo -dije forzado, sin expresión alguna. Porque en mi interior, estaba eyectando diarrea de la risa.

Por amor a los ojos, una vista sana, el aspecto del blog y que C. no me rebane la chota por mandarle su reciente post demasiado abajo, corto acá. En la parte 3 sigo con las mini-anécdotas, porque ya veo que tengo para rato con estos recuerdos.

L.

2 comments:

yesi said...

AJAJ no. es demasiado. espero la tercera parte. siento q ya lo conozco a fernando (?

L. said...

Todos tenemos un Fernando dentro nuestro.

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